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Entonces Balaam pronunció estas palabras proféticas:

«Balac, el rey de Moab, me trajo de Aram;
me hizo venir de los montes del oriente.
Me pidió venir y maldecir a Jacob;
me ordenó desearle el mal a Israel.
¿Y cómo maldecir a quien Dios no maldijo?
¿Cómo condenar a quien el Señor no ha condenado?
Desde lo alto de las peñas puedo verlo;
desde las colinas puedo observarlo.
Es un pueblo que habita confiado,[a]
y que las naciones no toman en cuenta.

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Footnotes

  1. Números 23:9 O, solo.